domingo, 26 de septiembre de 2010

Un color especial

Mi tierra…. ese dulce trozo en el mundo que me hace sentir tan bien. Hoy pienso hablaros de ella, mas bien, necesito hacerlo.

Mi tierra… ese trocito que ocupa mi corazón, donde nací aquel Domingo soleado de primavera.

Llevo varios meses lejos de ella y como ya he dicho antes, necesito hablar de ella, necesito saber que aun la recuerdo como si pisara sus calles, sintiera su sol en la piel y como si su aire me acariciara. La echo de menos…

Me gusta pensar que sigue siendo la misma, que también echa de menos la gente que por necesidad o por voluntad propia se marcha. Hace poco estuve allí y cuando baje del coche, la sentí como si me diera un beso en la mejilla, como si estuviera contenta de que la hubiera visitado, aunque no más que yo, os lo aseguro. Añoraba estar allí, me sentí simplemente a gusto.

Mi intención es volver pronto, o es lo que quiero pensar, también quiero decir que yo me fui por voluntad propia, por motivos que ahora no vienen al caso, pero quiero volver, quiero estar allí con mi gente, quiero formar una familia allí y también quiero morirme allí.

Os quiero hablar de ella, de esa ciudad que enamora, de ese lugar mágico, como dice una canción, tiene un color especial. No puedo negar que mi tierra me encanta. He vivido en otros sitios y en ninguno he conseguido encontrarme tan bien como allí, y mira que cuando estaba allí había veces que necesitaba irme a otro lugar, pero solo temporalmente, luego me gustaba volver.

Esa ciudad es increíble en todas las épocas del año, en Otoño, no sabes que ponerte, un día calor y otro frio, ahora llueve y ahora no, pero sus calles irradian tranquilidad, sus hojas en el suelo le dan una belleza incomparable. En invierno, hace un frio que pela y además es húmedo y se te mete hasta en los huesos, pero las calles huelen a castaña asada, está iluminada acorde a la navidad y es más mágica que nunca, hay gente que sonríe y que llora, pero son momentos especiales. En primavera, que decir de la primavera en esa ciudad, sus árboles más verdes que nunca y con esas fiestas tan especiales que hay en esos meses, no se puede comparar con nada, en Marzo, ese olor a incienso y en abril ese olor a albero, a manzanilla, a felicidad.

En definitiva es una ciudad que enamora, con sus sonidos, sus bailes, su ambiente y su gente, lo tiene todo, o por lo menos a mi me hace sentir especial, como su color…

La echo de menos….

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